ese Lupo vacilón

El Lupo me da alas, es un “redbull” con cuatro ruedas. Con él llevo ocho años “on the road” gozando el camino con las ventanillas bajadas y el musicón a “to” trapo. Me ha dado mucha independencia el bendito bicho negro. Ha tenido también, como su dueño, sus momentos “down” : los kilómetros y el caminar pasan factura. Hasta aquí todo es comprensible pero, mi pregunta es: ¿Puede tener un coche la cualidad humana, como su dueño, del vacile?

Porque a ver quién le explicas, Lupo, que no arrancaras el domingo pasado en una gasolinera de Alcantarilla, Murcia, después de haberte puesto de caldo hasta las trancas. ¡RrrrrR¡ que ¡RrrrrR¡, por más que giraba la llave no te encendías.

Tuve que pedir rescate a la grúa. En el desespero de la espera se me ocurrió tentarte una vez más , y esta vez… ¡Sí que Rrrrrrrrrrrespondiste! Al giro de la llave te pusiste en marcha, ¡qué buga tan simpático! Nos alejamos del surtidor y en el parking te apagué para volverte a encender pero, esta vez el giro de la llave no tuvo el resultado esperado , tú volviste al ¡RrrrrR¡ que ¡RrrrrR¡. Al menos, te agradezco que me dejaras tirado en una gasolinera con bebida , periódicos, comida y papeeeel! en el baño.

Los domingos los talleres están cerrados así que tú te tuviste que ir con la grúa y yo para los mandriles. El lunes llamé al taller de Murcia donde te llevaron: -Aaacho ¿qué le pasa al cochesico?. Les respondí que no arrancabas y me dijeron, con tono de que me estás contando, que te encendieron para bajarte de la grúa y que habías bajado tu solito con el motor encendido, sin problemas y a la primera. ¡No me lo podía creer! ¿De qué vas?. Como tenía que ir a buscarte en fin de semana estuve llamando todos los días al taller y desde allí me iban informando que te arrancaban varias veces al día , y que tu rugías cual fiera salvaje al giro de la llave. Llegado el fin de semana me bajo “pa” Murcia a recogerte. Me pasan la llave y me dispongo a encenderte delante de los currantes del taller. Son momentos de tensión… introduzco la llave, respiro hondo , giro la llave y … delante del corrillo arrancas con la fuerza de una alimaña. ¡Bieeeen!. Aquí no ha pasado nada, toda la semana, las esperas, idas, llamadas, autobuses e incógnitas, se esfuman entre sonrisas , anécdotas y ponte nena la cremita !que nos vamos a la playa!.

Llego a una gasolinera cercana al taller, te apago el motor , meo ,vuelvo al coche, meto la llave, la giro y entonces , en ese momento ,dicen que se vio a unjambo resoplar:- ¡No me lo puedo creer!, después tensarse:- ¿Perro de qué vas lupo?, y dicen que el jamboese hasta inauguró los juegos florales: -¿Por qué ahora no arrancas pedazo de capullo?
Dicen que se vio a un jambo hablando solo dando vueltas alrededor de un coche negro:- Mira lupo esto no se hace entre colegas, no es legal. Dime: -Es porque… ¿Te tengo más sucio que el retrete del Conde de Montecristo?. Cuéntame:- Es porque… ¿Tienes el maletero más desordenado que el botiquín de la Amy Winehouse?

Después de varias respiraciones profundas y de sentir el vértigo de la colilla lanzada al vacío a golpe de uña, llamo a los del taller que, menos mal , vienen enseguida. Después de desarmarte el asiento de atrás y sacar una cosa con cables y volverlo a meter, arrancas. Me recomiendan, adiós a la playa, que me vaya, sin desconectar el motor, del tirón a los mandriles. En el camino a Madrid, momentos de emoción, tuve que parar un par de veces y… arrancaste sin problemas.
!Aacho que pasa contigo; si te llevo a un taller arrancas y “on the road” me dejas tirado en cualquier cuneta o alcantarilla. Lupo te lo voy a preguntar por última vez: ¿Me estás vacilando?

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